Este 24 de Febrero, Steve Jobs debería haber celebrado su 60 cumpleaños. Lamentablemente, este tipo que supo revolucionar el mundo de la tecnología ya no está con nosotros. Una dura enfermedad nos lo quitó antes de tiempo pero nos dejó un gran legado.
En el curriculum de Jobs se pueden encontrar hitos como ser co-fundador de Apple junto a Steve Wozniak, crear Pixar produciendo junto a Disney la película de animación Toy Story o revolucionar el mundo de la música y tecnología con los iMac, iPod, iTunes, iPhone y iPad.
Jobs supo ver algo que nadie más vió y consiguió crear nuevas necesidades entre los consumidores. Seguro que muchos pensaron antes crear un dispositivo como una tableta pero su iPad (último gadget que presentó al mundo) supuso una auténtica bomba dentro de la tecnología y, a día de hoy, casi todo el mundo utiliza una tableta prácticamente a diario. Es más, mucha gente ya sería incapaz de vivir sin uno de estos dispositivos.
Y es que, Jobs conseguía no solo que la gente quisiera tener el último de los productos que diseñaba sino crear la sensación de que realmente se necesitaba ese gadget bien fuera un iPod, un iPhone o el mencionado iPad. Algo que le hace ser lo más parecido a un genio tanto en el mundo de la tecnología como el del marketing.
Claro que la vida de Steve Jobs no fue un camino de rosas. Si bien al inicio de su carrera, gracias sobre todo a la computadora Apple II y ya en sus últimos años de vida (iMac, iPhone, iTunes…) cosechó enormes éxitos y legiones de fans, entre medias, este californiano nacido en Los Altos, también vivió la cara amarga del fracaso.
No en vano, Jobs fue despedido de Apple, su propia compañía durante la década de los 80 dados los malos resultados y la situación límite que vivía la empresa que él mismo había fundado.
Su fuerte personalidad también le granjeó una importante cantidad de detractores y enemigos. A Jobs se le ha tachado de obstinado, obsesivo y excesivamente duro. Su obsesión por alcanzar la perfección hacía que trabajar con él no fuera nada sencillo pero su genialidad consiguió dejar todos estos problemas en un segundo plano.
Parte de esta genialidad queda reflejada en un discurso que Jobs dió en la Universidad de Stanford y que queda como uno de los momentos más recordados de entre sus apariciones públicas:
Jobs merece ser recordado como uno de los grandes personajes de la historia. No alcanza la genialidad que se le atribuye a hombres como Leonardo da Vinci pero sí su biografía debería ser conocida por todo el mundo siendo un claro ejemplo de superación y creatividad.